lunes, 27 de agosto de 2012

Dios y los escritores mexicanos

Es un libro muy especial que recoge las entrevistas realizadas por la autora, Adela Salinas, a veintiún escritores mexicanos, fue realizado en 1997 y desfilan en sus páginas autores de la talla de Vicente Leñero, Elena Poniatowska, Ikram Antaki y Carlos Monsiváis. Como es evidente, su valor radica en que presenta la diversidad de creencias de los intelectuales 
mexicanos contemporáneos (aunque algunos ya se han ido) acerca de Dios, la religión y lo trascendente.

Este no es el primer libro de entrevistas religiosas a celebridades en nuestro país, existe una obra anterior, de 1975, titulada: “Cien mexicanos y Dios”, de Joaquín Antonio Peñalosa; con las diferencias de que en éste se entrevistan a personajes de todo tipo, como cantantes, actores, periodistas, etc., y que las entrevistas se realizaron por escrito y no en vivo como en libro de Adela Salinas.

“Dios y los escritores mexicanos” es para mí, como teólogo, un verdadero deleite, y creo que lo puede ser para toda persona interesada en religión. Los escritores entrevistados en este trabajo son todos de nacionalidad mexicana, la mayoría de nacimiento y otros por decisión propia, pero, como era de esperarse, no todos comparten las mismas creencias ni proceden de una sola tradición religiosa. Carlos Monsiváis, por ejemplo, era de cuna protestante; Ikram Antaki de la iglesia griega ortodoxa y Sandro Cohen, del judaísmo.

El libro da cuenta, también, de conversiones y sincretismos asombrosos que muestran que las creencias se mueven en flujos, contracorrientes y olas tempestuosas: Elsa Cross era judía y se convirtió al hinduismo; Josefina Estrada era católica y se volvió judía; Javier Sicilia, poeta católico, navega en el misticismo oriental; Agustín Cadena, también católico, se inclina a beber de las aguas del Islam; Ricardo Garibay se torna agnóstico, pero con deseo de creer; y José Agustín experimenta lo religioso en las drogas psicodélicas, el I Ching, el esoterismo y los sueños.

Las opiniones que expresan los autores entrevistados son de lo más heterodoxas y variopintas que uno se pueda imaginar, desde un Monsiváis para quien Dios es una experiencia personal, pasando por una Poniatowska que dice que reza diez Ave Marías mientras pedalea su bicicleta fija, no porque sea muy religiosa, sino porque eso le indica que ya ha hecho 5 minutos de ejercicio, hasta un Garibay quien ante el ánimo de la autora que le dice que un escritor como él se inmortalizará en sus libros, contesta: "¡Y a mí qué carajos me importa que se vaya a quedar toda mi obra, si no estoy yo, ni siquiera sabré que es mi obra!"

Así, vemos que “Dios y los escritores mexicanos” es una invitación a escuchar a importantes intelectuales de nuestro país, creadores de gran parte del arte y el pensamiento contemporáneo, a entrar en un área muy privada de su ser, que la mayoría de las personas se reserva casi como un tabú: sus creencias religiosas; opiniones que nos pueden incomodar o ruborizar, pero lo que sí es seguro es que nos harán reflexionar y reexaminar nuestra propia fe.


DIOS Y LOS ESCRITORES MEXICANOS
Adela Salinas
México: Nueva Imagen, 1997
310 págs.

No hay comentarios:

Publicar un comentario